Pero también reconocemos los enormes obstáculos a los que se enfrentan: desde injusticias estructurales, marginación y violencia hasta el efecto dominó de las crisis, que les afectan en primer lugar y en mayor medida, pasando por la negación de su autonomía personal y de sus derechos sobre su cuerpo y su vida.
La discriminación de género perjudica a todos: mujeres, niñas, hombres y niños.
El Día Internacional de la Mujer es un llamamiento a la acción.
Un llamamiento a estar al lado de las mujeres que reivindican sus derechos fundamentales a un gran costo personal.
A reforzar la protección contra la explotación y los abusos sexuales.
Y a impulsar la plena participación y el liderazgo de las mujeres.
El tema de este año hace hincapié en la necesidad de utilizar la tecnología y la innovación para impulsar la igualdad de género.
La tecnología puede ampliar las vías de acceso a la educación y las oportunidades para las mujeres y las niñas.
Pero también puede utilizarse para exacerbar el abuso y el odio.
Hoy en día, las mujeres representan menos de un tercio de la fuerza de trabajo en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
Cuando las mujeres están infrarrepresentadas en el desarrollo de nuevas tecnologías, la discriminación puede introducirse desde el principio.
Por eso debemos cerrar la brecha digital y aumentar la representación de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología.
Se calcula que, en la última década, la exclusión de las mujeres del mundo digital ha recortado en 1 billón de dólares aproximadamente el producto interno bruto de los países de ingreso bajo y mediano, una pérdida que podría llegar a los 1,5 billones en 2025 si no se toman medidas.
Invertir en las mujeres eleva a todas las personas, comunidades y países.
Trabajemos juntos —los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil— para construir un mundo más inclusivo, justo y próspero para las mujeres, las niñas, los hombres y los niños, dondequiera que estén.