Informe de resultados 2020
Introducción
El año 2020 se caracterizó por la presencia de una crisis múltiple. En efecto, la crisis político-institucional derivada de la anulación de las Elecciones Generales y la dimisión presidencial en 2019, se combinó con la crisis sanitaria generada por la pandemia del COVID-19 y la crisis socioeconómica resultante de las medidas de contención, como la cuarentena y las restricciones a la actividad económica.
Si bien Bolivia en la década pasada había mostrado cambios positivos en los principales indicadores de bienestar, hoy comparte con otros países de América Latina una situación de crisis de gran magnitud. Según datos de la CEPAL y el Banco Mundial, la crisis significará un retroceso en materia económica y en la reducción de pobreza y desigualdad, así como en la efectividad en la prestación de servicios básicos tales como la educación, la salud y de protección social. El mundo del trabajo se ha visto afectado de manera notable y es el eje del retroceso de las condiciones materiales de los hogares bolivianos. Esta situación, además, ha afectado desproporcionadamente a mujeres trabajadoras del sector informal, así como a las de aquellos sectores en los que las restricciones y caída de la actividad han sido más grandes.
En el ámbito político, el país ha logrado reestablecer el cauce institucional con elecciones nacionales pacíficas, transparentes y participativas llevadas a cabo en octubre de 2020. Con ello, el Estado cuenta con autoridades legítimamente constituidas para afrontar los grandes retos tanto en materia de respuesta frente a la crisis sanitaria y económica, así como en el lento proceso de reconciliación de una sociedad que ha sufrido importantes fracturas en la cohesión y convivencia plural.
Por lo anotado, la recuperación del país será lenta y requerirá el esfuerzo de todos los sectores, con el rol protagónico del Estado en la toma de decisiones para atender la emergencia sanitaria y la recuperación, así como para la gestión de recursos financieros para su implementación. La coyuntura también presenta retos importantes para el propio SNU, en materia de adaptación al nuevo contexto y efectividad en materia de asistencia para apoyar la construcción de nuevas formas de provisión de bienes públicos, salud universal, recuperación de la actividad económica y contribución a un clima de paz, estabilidad y respeto a los derechos humanos.