La democracia, el Estado de derecho y el respeto de los derechos humanos son la base sobre la que se erigen sociedades resilientes, integradoras y pacíficas.
Son garantía de libertad, promueven el desarrollo sostenible y protegen la dignidad y los derechos de todas las personas.
En el Día Internacional de la Democracia, celebramos la promesa que esta representa para las sociedades, y reconocemos las numerosas amenazas a las que se enfrenta en tiempos tan tensos y turbulentos como los que vivimos.
Presiones diversas constriñen el espacio cívico.
La desinformación envenena el discurso público, polariza las comunidades y erosiona la confianza en las instituciones.
El tema de este año, “Empoderar a la próxima generación”, se centra en el papel esencial que desempeñan niños y jóvenes en la salvaguarda de la democracia, hoy y en el futuro.
No basta con escuchar a los niños y los jóvenes.
Debemos prestarles apoyo con inversiones masivas en educación, en capacitación y en aprendizaje permanente.
Debemos proteger los derechos humanos y promover la igualdad de género.
Y debemos conseguir que la participación significativa de los jóvenes en los procesos de toma de decisiones sea cada vez mayor a todos los niveles.
En este día tan importante, tomémonos de la mano todas las generaciones, y trabajemos unidos para construir un mundo más justo para todos.