“Nuestra Voz en Acción”: Juventud Chiquitana por la Seguridad Humana, una iniciativa conjunta de Naciones Unidas Bolivia
Este Programa Conjunto es una apuesta por la región chiquitana, una región que enfrenta retos pero está plagada de oportunidades.
Tras la crisis sanitaria por COVID-19, las emergencias en Bolivia se fueron tejiendo como hilos invisibles, creando amenazas que se deslizaban entre las grietas ambientales, el cambio climático, las personas y la seguridad económica y alimentaria. La sequía implacable y los incendios voraces dieron forma a un nuevo capítulo de inseguridad, desatando turbulencias en la vida cotidiana del pueblo chiquitano.
En el afán por forjar un futuro próspero, la juventud chiquitana será protagonista para una recuperación sostenible sin dejar a nadie atrás. Esta es la premisa del nuevo Programa Conjunto de Naciones Unidas en Bolivia que se implementará en la Región de la chiquitanía -“Nuestra voz en Acción: Juventud Chiquitana por la seguridad humana”, una iniciativa liderada por ONU-Hábitat, UNESCO y OIT, en coordinación con la Asociación Plan Misiones.
El Programa Conjunto inició en un enriquecedor viaje junto a las comunidades cercanas a las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, un tesoro declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1990. La Escuela Taller de la Chiquitanía, un proyecto icónico impulsado por la Asociación Plan Civil Misiones, será la herramienta emblemática en esta travesía.
“Los jóvenes somos el futuro de nuestra región”, afirma María Isabel Tomicha, estudiante de la Carrera de Construcción Civil de la Escuela Taller de San José de Chiquitos.
Ella, como muchos jóvenes, ha ido trazando su futuro a partir de habilidades técnicas y experiencias compartidas dentro de este espacio. En el marco del desarrollo territorial y local, la historia de la Escuela Taller se ha alzado como un relato de éxito ampliamente aclamado.
A través de sus acciones y programas, ha logrado fusionar la riqueza cultural con la preservación del entorno, creando un modelo sostenible que inspira. Ante la cascada de desafíos a nivel regional, la crisis multidimensional ha desbordado la capacidad del proyecto Escuela Taller y de los gobiernos municipales para proteger a la población más vulnerable, en particular jóvenes.
“Lo que pretende las escuelas taller es formar a jóvenes para que puedan regresar a sus municipios y trabajar por el bienestar de sus familias, el desarrollo económico de sus localidades e innovar en nuevos emprendimientos” explicó Gilbert Algarañaz Vaca, Coordinador Práctico de las Escuelas Taller.
Con el objetivo de fortalecer la intervención de la Escuela Taller, el Programa Conjunto se erige como un apoyo estratégico, ofreciendo un enfoque multidimensional y una respuesta sólida. Inspirado por el Enfoque de Seguridad Humana, busca proteger y empoderar a las comunidades en todos los aspectos de sus vidas, particularmente de las juventudes.
El lanzamiento del Programa al son de la danza de los “Abuelos” Chiquitanos
Blanca y con chapas rojas, una máscara es usada por los “abuelos” personajes picarescos y pintorescos, que forman parte de la cultura del pueblo Chiquitano. En medio de la danza, al son de las semillas en sus rodillas y un bastón, anuncian su presencia y noticias importantes. Sin romper protocolos posibles, “los abuelos”, a la cabeza del Cacique General Chiquitano, Ernesto Barba Masabi, anuncian el lanzamiento del Programa Conjunto: “A través de nuestra cultura viva que es la danza tradicional y la música autóctona de nuestra región, damos la bienvenida a este proyecto”.
A más de 270 Km de Santa Cruz de la Sierra, San José de Chiquitos se convirtió en la sede del lanzamiento del Programa Conjunto. En medio de un ambiente lleno de entusiasmo, una tarima diversa y un público joven, se escucharon las palabras de Rafael Ramirez, coordinador residente de Naciones Unidas. “El Programa Conjunto “Nuestra Voz en Acción” permitirá hacer protagonistas a jóvenes para promover una recuperación sostenible de COVID-19 y puedan desarrollar acciones relacionadas con la Seguridad Humana en la Chiquitanía sin dejar a nadie atrás”, afirmó invitando a la juventud a involucrarse aún más y a las autoridades a comprometerse con el trabajo venidero.
Entre aplausos y entusiasmo, Ítalo Cardona, Director de la Oficina de la OIT para los Países Andinos, también tomó la palabra y reflexionó: “Las y los jóvenes tienen enormes capacidades; es a través de ellos que podremos seguir difundiendo el mensaje de que es posible apostar por los derechos de todas y todos, especialmente de jóvenes. Estamos acá para escucharlos y trabajar con ellos”.
La OIT pondrá a disposición su vasto conocimiento especializado en la promoción del desarrollo económico local, enfocándose en el trabajo decente y la diversificación productiva. Su experiencia será un valioso recurso para impulsar un crecimiento equitativo y sostenible desde una perspectiva laboral.
“Este Programa Conjunto es una apuesta por la región chiquitana, una región que enfrenta retos pero está plagada de oportunidades. Esta es una apuesta por la juventud”, afirma Sergio Blanco, Coordinador de ONU-Hábitat Bolivia.
ONU-Hábitat, con su compromiso indeleble con el desarrollo sostenible, asume el desafío de fortalecer la participación ciudadana en la gobernanza local, promoviendo los lazos entre lo urbano y lo rural, y brindando apoyo constante a los gobiernos municipales de la región. Su labor se enfoca en la construcción de agendas urbanas locales y en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 a nivel local.
Cesar Moreno Triana, Director de la Oficina de UNESCO para los países andinos no perdió la oportunidad, aunque a distancia, para reflexionar sobre el papel de las juventudes en este proceso: “Tenemos la certeza que las juventudes en la Chiquitanía cuentan con las capacidades para convertirse en agentes de cambio por un mundo más equitativo y solidario”.
La UNESCO aprovechará la experiencia reciente en la promoción del espíritu empresarial cultural, la capacitación culturalmente pertinente y las propuestas socioeconómicas dirigidas por la comunidad para fortalecer la resiliencia de la comunidad a través del patrimonio cultural.
El trabajo conjunto permitirá confluir esfuerzos hacia un bien común en el que las y los jóvenes serán protagonistas. “Las juventudes tenemos muchas propuestas y nuestra voz es importante”, afirma Mariano Hurtado, estudiante de Gastronomía de la Escuela Taller de San José de Chiquitos.