Mensaje del Secretario General, António Guterres, por el Día Mundial contra la Trata de Personas
La trata de personas es un delito atroz que se ceba con los sectores más vulnerables de nuestras sociedades.
Este Día Mundial contra la Trata de Personas está dedicado a los más vulnerables de entre nosotros: los niños y las niñas.
Un tercio de las víctimas de la trata son niños y niñas, que sufren abusos indescriptibles, como el trabajo forzoso, la venta de novias, el reclutamiento como soldados o la coacción para realizar actividades delictivas. Las crecientes desigualdades y la globalización han propiciado la aparición de complejas redes de trata que desafían los marcos jurídicos tradicionales y crean nuevas formas de esclavitud. Las plataformas en línea hacen que niñas y niños estén aún más expuestos a la explotación sexual y la violencia de género, y que los tratantes puedan explotar a sus víctimas a través de las fronteras.
Las secuelas físicas y psicológicas de esos delitos persisten durante mucho tiempo, incluso en la edad adulta, y privan a los niños y niñas de su inocencia, su futuro y sus derechos fundamentales.
Debemos reforzar las respuestas en materia de protección, como los mecanismos de justicia adaptados a la infancia, y sensibilizar a la opinión pública, apoyar a los niños y niñas no acompañados en movimiento, proporcionar atención a los supervivientes y atajar las causas profundas de la explotación ayudando a las familias vulnerables.
Pido a los gobiernos, a la sociedad civil y al sector privado, incluidas las empresas tecnológicas, que intensifiquen sus esfuerzos y su colaboración para que ningún niño o niña sea víctima y para que ningún tratante quede impune.
En este día, renovemos nuestro compromiso por un futuro en el que todos los niños y niñas estén a salvo y sean libres.