Mujeres bolivianas: protagonistas de la consolidación de la paz en Bolivia
La participación de las mujeres es fundamental para asegurar procesos de construcción de paz duraderos.
El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia y el Sistema de las Naciones Unidas firmaron en 2020 el proyecto denominado “Apoyando el diálogo y los derechos humanos para la construcción de paz en Bolivia”, implementado por ONU Mujeres, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas de Derechos Humanos (OACNUDH) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo financiero del Fondo de la ONU para la Consolidación de Paz (PBF por sus siglas en inglés) en el marco de la Iniciativa de la ONU para la consolidación de paz en Bolivia.
El proyecto forma parte del conjunto de iniciativas impulsadas por el Sistema de Naciones Unidas para acompañar los esfuerzos en la búsqueda de una salida pacífica y democrática, posterior al complejo escenario sociopolítico que vivió el país a finales de 2019, para lograr un proceso electoral transparente e inclusivo para la elección de las máximas autoridades del país, en el marco de la Iniciativa para la Consolidación de la Paz en Bolivia.
En la primera fase de implementación del proyecto, ONU Mujeres brindó asistencia técnica para fortalecer el enfoque de género en el proceso electoral de 2020 y garantizar el ejercicio efectivo de los derechos políticos de las mujeres, el cumplimiento de la normativa vigente respecto a la paridad de género y alternancia en las listas de candidaturas, logrando que, por primera vez, en 2020 se ingrese a la jornada electoral con listas paritarias. Esto permitió que la nueva conformación de la Asamblea Legislativa Plurinacional alcanzara un 49% de presencia de mujeres en ese órgano, 56% en el Senado y 48% en la Cámara de Diputados. Los esfuerzos contemplaron, también, apoyo en temas jurídicos al área de género del Tribunal Supremo Electoral para la atención de denuncias de acoso y violencia política contra las mujeres.
Entre 2020 y 2022, se promovieron diálogos entre distintos actores políticos del país, a través de 109 espacios de encuentro con la participación de candidatas a distintos cargos políticos, autoridades legislativas y del nivel ejecutivo, organizaciones de sociedad civil, defensoras de derechos, lideresas, promotoras, mujeres del área urbana y rural. Los espacios de diálogo trascendieron a las calles, considerando que el arte es una herramienta fundamental para movilizar a la población. Mujeres artistas de las principales ciudades del país protagonizaron intervenciones callejeras, en las que, a través de expresiones culturales y artísticas como el teatro, la música, la pintura y el baile, promovieron la reflexión y sensibilización de la población, además de visibilizar la participación de las mujeres en los procesos de construcción de paz, mediante la movilización social y generación de espacios de acercamiento y recreación con la ciudadanía, promoviendo la cohesión social.
Estas actividades fueron clave para el fortalecimiento de capacidades y para la reflexión, construcción y socialización de ideas y propuestas. Las mujeres tomaron protagonismo para proponer acciones en favor de la participación activa en instancias de toma de decisiones y, sobre todo, ellas, desde todos los rincones del país, construyeron sus propias agendas para la consolidación de la paz, revelando sus necesidades y realizando sus propuestas. Resultado de este proceso se concretaron 9 agendas departamentales, 47 agendas comunitarias para la construcción de paz y el reencuentro desde la voz de las mujeres y las juventudes, materializando una gran Agenda Nacional que se presentó ante autoridades del Estado.
A partir de estos encuentros se logró coadyuvar a la conformación de una Red de Mujeres Defensoras, lideradas por organizaciones de sociedad civil y lideresas de todo el país, que fortalecieron sus capacidades en materia de género, paz y derechos humanos de mujeres indígenas. De igual manera, nueve brigadistas de comunidades indígenas y rurales se convirtieron en formadoras en temas de derechos humanos, erradicación de la violencia, cultura de paz, monitoreo de violaciones a los derechos humanos, transformación de conflictos, compartiendo buenas prácticas y contribuyendo a fortalecer las capacidades de comunidades de todo el país.
Además, se han construido herramientas para hacer incidencia con el Estado y así incluir a más mujeres en las mesas de resolución de conflictos. Una de ellas es el Sistema de Alerta Temprana, que permite monitorear conflictos y vulneraciones de los derechos humanos, bajo un enfoque de género, generacional e intercultural.
El proceso desarrollado en este marco constituye la base para impulsar la reflexión sobre la necesidad de contar con un Plan de Acción Nacional Mujeres, Paz y Seguridad, que permitirá dar los primeros pasos para reconocer el potencial rol que juegan las mujeres para asegurar la construcción de cultura de paz, la necesidad de que ellas sean parte de las mesas de diálogo y resolución de conflictos y asegurar procesos hacia la reconstrucción del tejido social y la reconciliación.
Sin la voz de las mujeres no hay igualdad y sin igualdad no hay paz.