Cuando las puertas de la igualdad de oportunidades se abren a las mujeres y las niñas, todos salimos ganando.
Las sociedades igualitarias son más prósperas y pacíficas, y constituyen la base del desarrollo sostenible.
En este Día Internacional de la Mujer, reconocemos treinta años de avances y logros desde la histórica conferencia de las Naciones Unidas en Beijing.
Este acontecimiento transformó los derechos de las mujeres y los reafirmó como derechos humanos.
Desde entonces, las mujeres y las niñas han roto barreras, desafiado estereotipos y exigido el lugar que les corresponde.
Pero hay que mirar los retos con lucidez.
Los derechos humanos de las mujeres están bajo ataque, desde reacciones en contra a situaciones de retroceso.
Los horrores de antaño, como la violencia, la discriminación y la desigualdad económica, siguen azotando a las sociedades.
Y nuevas amenazas, como el sesgo de los algoritmos, programan las desigualdades en los espacios en línea y abren nuevas perspectivas de acoso y abuso.
En lugar de generalizarse la igualdad de derechos, vemos cómo se generaliza la misoginia.
Debemos combatir esas lacras.
Y seguir trabajando por la igualdad de condiciones para las mujeres y las niñas.
Necesitamos medidas para desbloquear la financiación a fin de que los países puedan invertir en la igualdad, y para priorizar esas inversiones.
Medidas para fomentar la igualdad de oportunidades de trabajo decente, reducir la brecha salarial de género y afrontar la problemática del trabajo de cuidados.
Medidas para reforzar y aplicar leyes que pongan fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
Medidas para garantizar la plena participación de las mujeres en las instancias decisorias, en ámbitos como la consolidación de la paz.
Y medidas para eliminar los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres y las niñas en las esferas de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
El Pacto de las Naciones Unidas para el Futuro y el Pacto Digital Global ofrecen pautas para guiar esas medidas.
Cuando las mujeres y las niñas pueden abrirse paso, todos prosperamos.
Mantengámonos firmes y unidos para hacer realidad los derechos, la igualdad y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas en pro de todas las personas y en todas partes.