Mensaje de video del Secretario General con motivo de la publicación del Tercer Informe del IPCC
Nueva York, 4 de abril de 2022
El jurado ha emitido su veredicto.
Y es de condena.
Este informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es una letanía de promesas climáticas incumplidas.
Es un registro de la vergüenza, que cataloga las promesas huecas que nos encaminan con paso firme hacia un mundo inhabitable.
Vamos hacia el desastre climático por la vía rápida:
Grandes ciudades inundadas.
Olas de calor sin precedentes.
Tormentas aterradoras.
Escasez de agua generalizada.
La extinción de un millón de especies de plantas y animales.
Lo que digo no es ficción ni exageración.
Es, según la ciencia, el resultado de nuestras políticas energéticas actuales.
Vamos camino de un calentamiento global más del doble del límite de 1,5 grados acordado en París.
Algunos líderes gubernamentales y empresariales están diciendo una cosa y haciendo otra.
Simple y llanamente: están mintiendo.
Y los resultados van a ser catastróficos.
Nos encontramos ante una emergencia climática.
La ciencia del clima advierte de que ya estamos peligrosamente cerca de los puntos de inflexión que podrían generar una cascada de consecuencias climáticas irreversibles.
Pero los Gobiernos y empresas responsables de grandes emisiones no se limitan a hacer caso omiso; están echando más leña al fuego.
Están asfixiando nuestro planeta, movidos por sus intereses creados y sus inversiones históricas en combustibles fósiles, cuando las soluciones renovables más baratas generan empleos verdes, seguridad energética y una mayor estabilidad de precios.
Salimos de la CP26 de Glasgow con un optimismo ingenuo, basado en nuevas promesas y compromisos.
Pero el problema principal, que es la enorme y creciente brecha de emisiones, prácticamente se pasó por alto.
La ciencia lo ha dicho claramente.
Para alcanzar el límite de 1,5 grados acordado en París, debemos reducir las emisiones globales en un 45 % este decenio.
Pero los compromisos climáticos actuales supondrían un aumento del 14 % de las emisiones.
Y, en su mayoría, los principales emisores no están adoptando las medidas necesarias para cumplir tan siquiera estas promesas insuficientes.
A veces se tacha a los activistas del clima de radicales peligrosos.
Pero los radicales que plantean un verdadero peligro son los países que están aumentando la producción de combustibles fósiles.
Invertir en nuevas infraestructuras de combustibles fósiles es una locura moral y económica.
Estas inversiones pronto serán activos varados, una mancha en el paisaje y una ruina en las carteras de inversión.
Pero las cosas no tienen por qué ser así.
El informe de hoy se centra en la mitigación, en la reducción de las emisiones.
Expone opciones viables y financieramente sólidas en todos los sectores que pueden mantener viva la posibilidad de limitar el calentamiento a 1,5 grados.
En primer lugar, debemos triplicar la velocidad de la transición a las energías renovables.
Eso significa derivar desde ya las inversiones y las subvenciones de los combustibles fósiles a las energías renovables.
En la mayoría de los casos, las energías renovables son ya mucho más baratas.
Significa que los Gobiernos pongan fin a la financiación del carbón, no solo en el extranjero, sino también internamente.
Significa que las coaliciones climáticas, formadas por países desarrollados, bancos multilaterales de desarrollo, instituciones financieras privadas y empresas, apoyen a las principales economías emergentes para que lleven a cabo esta transición.
Significa proteger los bosques y los ecosistemas como potentes soluciones climáticas.
Significa un avance rápido hacia la reducción de las emisiones de metano.
Y significa materializar los compromisos contraídos en París y Glasgow.
Los líderes deben liderar.
Pero todos podemos poner de nuestra parte.
Tenemos una deuda con la juventud, la sociedad civil y las comunidades indígenas por dar la voz de alarma y exigir responsabilidades a los dirigentes.
Tenemos que aprovechar su labor para crear un movimiento de base que no se pueda ignorar.
Si vives en una gran ciudad, en una zona rural o en un pequeño estado insular;
Si inviertes en bolsa;
Si te importa la justicia y te preocupa el futuro de nuestros hijos;
A ti es a quien me dirijo directamente:
Exige que las energías renovables se introduzcan ya, con rapidez y a gran escala.
Exige el fin de la energía generada a partir del carbón.
Exige que se eliminen todas las subvenciones a los combustibles fósiles.
El informe de hoy llega en un momento de turbulencias mundiales.
Las desigualdades alcanzan niveles sin precedentes. La recuperación de la pandemia de COVID-19 es escandalosamente desigual.
La inflación crece, y la guerra en Ucrania está haciendo que los precios de los alimentos y la energía se disparen.
Pero aumentar la producción de combustibles fósiles solo empeorará las cosas.
Las decisiones que tomen los países ahora determinarán que se cumpla o no el compromiso de 1,5 grados.
La transición a las energías renovables reparará nuestra matriz energética mundial, que está rota, y dará esperanza a millones de personas que sufren hoy los efectos del clima.
Las promesas y los planes climáticos deben convertirse en realidad y en medidas prácticas sin tiempo que perder.
Es hora de que dejemos de quemar nuestro planeta y empecemos a invertir en las abundantes energías renovables que nos rodean.