Las mujeres, motor de recuperación frente a la COVID-19

La Paz, 8 de marzo de 2021 (Naciones Unidas).- El Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia, en el Día Internacional de la Mujer, reconoce y valora a las mujeres que en todos los lugares del país contribuyen día a día con su trabajo y liderazgo.

En esta crisis mundial suscitada por la pandemia del COVID-19, las mujeres se mantienen en la primera línea de atención y contención como personal de la salud, políticas, empresarias, maestras, como trabajadoras del hogar, como cuidadoras y pilar de las personas con las que habitan. Las mujeres sobre representan estos sectores, pero su rol trascendental es muchas veces invisibilizado.

A pesar de estar en primera línea, la emergencia puso nuevamente en evidencia que las más afectadas por las crisis son las mujeres, especialmente aquellas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Así, las mujeres indígenas originarias y campesinas, las lesbianas, las transexuales y transgénero, las que sufren violencia, las que tienen discapacidad, las migrantes, las trabajadoras del hogar, las que viven con VIH, las que se encuentran en situación de calle, las privadas de libertad y las afrodescendientes, entre otras, han tenido que enfrentar los efectos de la pandemia con pocos recursos y menos oportunidades, pero con gran determinación, creatividad y esfuerzo.

En Bolivia, se han logrado importantes avances para el reconocimiento y protección de los derechos de las mujeres en atención a los acuerdos internacionales: se ha alcanzado la meta de la educación primaria universal; la paridad en la Asamblea Legislativa Plurinacional con un dato histórico del 56% en la cámara alta; y además se cuenta con una normativa de vanguardia que promueve la igualdad entre los géneros y sanciona toda forma de violencia contra las mujeres, incluida la violencia y acoso en el ámbito político.

Sin embargo, el país enfrenta todavía enormes desafíos. En Bolivia, 4 de cada 10 mujeres (i) viven en situación de pobreza y la mayoría proviene de poblaciones rurales e indígenas. El 34,7% de las mujeres (ii) económicamente activas se concentran en el sector informal, en empleos precarios y temporales, con bajos ingresos y sin acceso a los beneficios esenciales como seguridad social, estabilidad económica, jubilación o acceso a crédito.

El 35% de mujeres jóvenes entre 18 y 23 años realizan trabajos domésticos y de cuidados en el hogar, dedicando más del doble del tiempo que los varones, lo que limita el acceso a empleos que demanden jornadas laborales completas, debiendo optar por empleos informales, lo que genera implicaciones en sus condiciones de empleo, su seguridad social y, en general, su calidad de vida.(iii)

Además, la pandemia causada por el COVID-19 ha agravado la situación de violencia machista que día a día sigue afectando a las mujeres, niñas y adolescentes. Esto también ha limitado su acceso a servicios de salud y educación y ha multiplicado prácticas nocivas que tienen su raíz en la desigualdad de género, que atentan contra su integridad y sus derechos. La Fiscalía General del Estado reportó que en lo que va del año se han registrado más de 500 casos de violencia sexual y 24 feminicidios, datos que evidencia el alto riesgo al que día a día se enfrentan las mujeres.

Pese a estos desafíos, nuestra Organización observa con esperanza como cada vez más mujeres en el país y en todo el mundo lideran y ocupan espacios de toma de decisión en las Asambleas Legislativas, en puestos ejecutivos, en las organizaciones de base, en las empresas y sindicatos y en los entornos históricamente más masculinizados como la ciencia y la tecnología. La respuesta y recuperación a la crisis económica y social causada por el COVID 19 nos brinda una oportunidad histórica de romper con las prácticas patriarcales y avanzar hacia la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Como afirma el Secretario General de la ONU, António Guterres- “La recuperación tras la pandemia es nuestra oportunidad para dejar atrás generaciones de exclusión y desigualdades”.

Desde el Sistema de las Naciones Unidas ratificamos el compromiso asumido con el Estado boliviano y con la sociedad civil para avanzar hacia una generación en igualdad. Nuestras agencias, fondos y programas se comprometen en redoblar sus esfuerzos y alianzas para lograr la igualdad entre los géneros y el ejercicio efectivo de los derechos de las mujeres, sin dejar a ni una sola atrás.

(i) Instituto Nacional de Estadística (2012). Censo Nacional.

(ii) Instituto Nacional de Estadística (2019). Encuesta de Hogares.

(iii) Banco Mundial (2015). Programa regional de fortalecimiento de la formación profesional y técnica de mujeres de bajos ingresos: Bolivia.