La construcción de un futuro del trabajo sin discriminación ni acoso laboral
06 junio 2019
En Bolivia, una maestra constructora contó cómo fue afectada por la discriminación y el acoso en su empleo. Un proyecto de la OIT en colaboración con la ASDI busca apoyar a las mujeres que trabajan en el sector para construir la igualdad. El tema de la violencia y acoso en el trabajo también es objeto de atención en la Conferencia anual de OIT en Ginebra.
LA PAZ, Bolivia (OIT Noticias).- María del Carmen Cáceres es una mujer indígena boliviana que trabaja en el sector de la construcción desde hace 15 años. Madre soltera con dos hijos, lucha para mantener a su familia con los ingresos que le genera su empleo como maestra constructora. A pesar de las adversidades que ha experimentado durante su trayectoria laboral en este rubro, no bajó los brazos y siguió adelante.
“Estudié enfermería y trabajé en un hospital hace muchos años atrás. Sin embargo, mi situación económica era complicada y la necesidad me obligó a diversificar mis ingresos. Fue por ello que empecé en este sector como ayudante de albañilería”, contó esta trabajadora de 43 años proveniente de la ciudad de Tupiza, departamento de Potosí, ubicado en el sur de Bolivia.
Cáceres trabaja actualmente para la alcaldía de La Paz como maestra constructora. Se considera muy proactiva y tiene un buen trato con sus colegas en el trabajo. Sin embargo, esto no era lo que sucedía en los inicios de su carrera en este sector. De hecho, en esa época enfrentó episodios marcados por la discriminación y el acoso.
“La primera vez que recibí discriminación en el trabajo fue por parte de mis propios compañeros. Me trataban mal por el mismo hecho de ser mujer en un sector compuesto tradicionalmente por varones. Me decían que no era capaz de realizar las funciones que demandaba esta profesión, por tal motivo, no me consideraban y se referían a mi de manera despectiva”, indicó.
“Ella es mujer, ella no puede ganar más”, “Qué se cree ella para considerarse mejor que un hombre”, fueron algunos de los comentarios discriminatorios que recibió María del Carmen Cáceres por parte de sus compañeros de trabajo. Esta situación incluso la llevó a tomar la decisión de renunciar a su trabajo de aquel entonces como maestra constructora, a pesar que estaba contenta con lo que hacía.
““Es necesario actuar de una vez por todas para acabar con esta situación. Nosotras merecemos trabajar en un ambiente de cordialidad, de igualdad y de respeto.»
María del Carmen Cáceres
“También fui víctima de acoso sexual. Uno de mis supervisores me tocó indebidamente, pero en ese momento tuve miedo de denunciarlo, ya que era familiar del jefe en la institución donde trabajaba. Otras de mis compañeras también sufrieron la misma agresión por parte de esta persona. Sin embargo, una trabajadora de alto rango hizo la denuncia y nunca más vimos a ese hombre en el trabajo”, relató.
Cáceres comentó que las mujeres constructoras han puesto la mira en este problema que afecta el sector de la construcción en Bolivia y todas coincidieron en la importancia de buscar aliados para avanzar en esta lucha, ya que muchas de ellas se han sentido solas o desprotegidas para buscar ayuda frente a una situación de violencia, discriminación o acoso en el lugar de trabajo.
El sector de la construcción en Bolivia ha experimentado en los últimos años un crecimiento considerable, debido al incremento de la actividad inmobiliaria y a la demanda de mano de obra para la construcción civil. Esta demanda ha sido aprovechada por las mujeres, cuya participación está aumentando cada vez más en este sector.
Según un estudio de la OIT, cerca de 500,000 personas trabajan en la construcción en Bolivia, de las cuales 4,5% son mujeres. La mayoría de ellas lo hacen en condiciones de informalidad y enfrentan múltiples discriminaciones debido a sus condiciones socioeconómicas. La violencia y el acoso sexual y laboral son situaciones a las cuales también están expuestas.
Un objetivo fundamental del proyecto “Construyendo igualdad libre de violencia” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con la colaboración de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional (ASDI) es contribuir a revertir esta situación y mejorar la protección de las mujeres constructoras bolivianas contra formas inaceptables en el trabajo.
Esta iniciativa, que comenzó en abril de 2016, ha impulsado el fortalecimiento de las capacidades y empoderamiento de más de 250 mujeres indígenas constructoras de La Paz y El Alto, todo ello gracias a la formación, incidencia política y al diálogo social tripartito en la promoción de los derechos fundamentales del trabajo.
“Los talleres en los que participé gracias al proyecto me ayudaron a entender mejor los temas laborales. Saber qué leyes me amparan para enfrentar situaciones como estas y no tener miedo de denunciarlas. Las campañas de sensibilización también son importantes para concientizar a la sociedad sobre la necesidad de acabar con este problema que afecta la dignidad de la persona”, agregó María del Carmen.
La maestra constructora resaltó la necesidad de contar con una herramientas para combatir el maltrato y el acoso en el lugar de trabajo, tanto a nivel físico como psicológico. “Es necesario actuar de una vez por todas para acabar con esta situación. Nosotras merecemos trabajar en un ambiente de cordialidad, de igualdad y de respeto”, remarcó la trabajadora boliviana.
ACABAR CON LA VIOLENCIA Y EL ACOSO EN EL MUNDO DEL TRABAJO
Este año la 108ª Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT , que se celebra del 10 al 21 de junio en Ginebra incluye una comisión que discutirá la posibilidad de adoptar por primera vez una normativa internacional para contribuir a la erradicación de la violencia y y el acoso contra mujeres y hombres en el mundo del trabajo.
María Arteta, especialista de la OIT en discriminación y género basada en la Oficina para Centroamerica, Haití, República Dominicana y Panamá, explicó que la violencia y el acoso en el mundo del trabajo aunque, lamentablemente, están generalizados, son inaceptables.
“Son una amenaza para la igualdad de oportunidades, ya que afectan de manera desproporcionada a mujeres, niñas y adolescentes, vulnerando sus derechos y desalentando su participación en el mercado laboral. Las jóvenes y las mujeres muchas veces prefieren dejar su trabajo que enfrentar un entorno violento diariamente”, enfatizó Arteta.
En ese sentido, destacó la necesidad de intensificar esfuerzos para abordar las diversas manifestaciones de violencia en el mundo del trabajo, ya que se trata de un problema que afecta la salud, la dignidad y el entorno familiar y social de una persona, así como la productividad de las empresas que pueden verse afectadas como consecuencia del ausentismo y los costos de reemplazo de personal, entre otros.
“No existe un instrumento completo e integral que aborde el problema en todas sus dimensiones y la adopción de una normativa a nivel internacional permitirá tener una herramienta para promover tolerancia cero a la violencia y acoso en el mundo del trabajo. La protección de todos es de vital importancia”, subrayó la especialista de discriminación y género de la OIT.
Finalmente, explicó que la violencia doméstica y otras formas de violencia y acoso conciernen al ámbito laboral porque tienen un impacto en el lugar de trabajo. “Es importante que las empresas desarollen herramientas para abordar estas situaciones en el lugar de trabajo, ya que estudios demuestran que las empresas puedan llegar a contabilizar enormes perdidas en los días de trabajo perdidos al año por esta razón ”, añadió.