WFP: Hormigas, nidos de pájaros y aullidos de zorros
15 julio 2021
El conocimiento ancestral ayuda a las comunidades a pronosticar el clima y prepararse para desastres.
Silos pájaros que viven en las orillas del lago Titicaca ubican sus nidos en un lugar alto, significa que el nivel del agua subirá y que hay riesgo de inundación. El tiempo correcto para cosechar lo indican las flores de la totora. El aullido de los zorros andinos determina si es mejor plantar en tierras altas o bajas.
Las familias bolivianas han confiado en estos conocimientos para predecir el clima con indicadores naturales desde hace siglos. Con estas predicciones podían definir qué, cuándo y dónde cultivar.
Pero luego llegaron los métodos modernos de pronosticar el clima. Más tarde los satélites. Luego los jóvenes empezaron a migrar de los pueblos a las ciudades en búsqueda de oportunidades, muchos perdieron el contacto y la fe en la precisión de pronósticos realizados con indicadores naturales.
La habilidad de leer signos naturales de planta en planta, según el comportamiento de un animal, la ubicación de las estrellas, el viento y la humedad parecía destinada a morir con aquellas últimas personas que preservaban el conocimiento. Un saber que era poco valorado por algunos, quienes incluso llegaban a contemplarlo como una superstición.
Excepto que eso no ocurrió, el conocimiento no desapareció. Como parte de los esfuerzos liderados por el Gobierno de Bolivia por preservar y valorar los conocimientos indígenas ahora los indicadores naturales están siendo redescubiertos y sistematizados. Una organización no gubernamental, PROSUCO, ha estado haciendo esto por más de 10 años y los resultados que tienen han sorprendido a muchos. Incluso la gente joven en las comunidades: “al principio no creía, pero luego he empezado a hacer seguimiento de lo que mi abuelo me había enseñado y ahora sí creo. Tienes que mirar a las hormigas, cuando están preparando sus nidos significa que va a llover”, comenta Lidia Mondaque, autoridad local en Villa Abecia.
Los pronósticos locales creados con indicadores naturales han demostrado ser un excelente complemento a aquellos generados por observatorios. Proporcionan información muy detallada, además son de los pocos que pueden dar indicaciones de dónde, y cuándo cultivar.
Esta información es valiosa en Bolivia, uno de los países de América Latina más afectados por el cambio climático. En este país no es raro que algunas comunidades se vean afectadas hasta por dos desastres naturales en el curso de un año.
“Los efectos del cambio climático han afectado a familias rurales,” indica Elisabeth Faure, Representante País del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP) en Bolivia. “Se necesitan herramientas más precisas para tomar decisiones más adecuadas en los cultivos. Estas les ayudarán a prevenir los desafíos de cambio climático.”
WFP apoya al gobierno de Bolivia en sus esfuerzos por mitigar amenazas del cambio climático. Incorporar predicciones basadas en indicadores naturales en el Sistema Nacional de Alerta temprana que envía alertas sobre eventos climáticos es una de las áreas de colaboración.
“Junto con el gobierno, hemos desarrollado una aplicación que permite a la gente usar sus celulares o tablets para reportar comportamientos de indicadores naturales y compartirlos online. Esta información será complementaria a las alertas oficiales del gobierno,” explica Boris Arias encargado del proyecto de WFP.
Además de estos beneficios prácticos, este proceso también tiene implicaciones socio culturales. Generaciones más jóvenes están ayudando a usar esta tecnología para preservar y sistematizar el conocimiento. Haciendo esto, están aprendiendo a leer las señales, asegurándose que esta herencia no desaparezca.
“Este conocimiento ahora se ha convertido en un recurso público disponible para todos y una fuente para el Sistema de Alerta Temprana oficial del Gobierno, en pie de igualdad con los métodos modernos de pronóstico. Es la primera vez que algo así es creado,” concluye el Viceministro de Defensa Civil de Bolivia Oscar Cabrera Coca.
La creación de un sistema que permite a observadores locales recolectar indicadores naturales y alimentar el Sistema Nacional de Alerta Temprana fue parte de un proyecto implementado desde julio 2018 por el Viceministerio de Defensa Civil y el WFP gracias al apoyo de la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO).