Una tradición Boliviana donde desear en grande es la regla número uno. ¿qué clase de deseos se admiten? Todos, con la condición de que puedan caber en la palma.
Basta con cerrar los ojos y tomar una bocanada de aire para reconocer que el 24 de enero ha llegado. El aroma es dulce, por los amuletos, minerales y maderas especiales que los brujos indígenas, los yatiris, queman al bendecir los deseos de casi un millón de habitantes. Ha empezado la feria de los sueños, las Alasitas, la más ingeniosa de las instituciones de esta ciudad que no solo muestra su nivel de ambición sino de tradición entretejida con la modernidad. En esta feria, todos tenemos la libertad de soñar.
Si Abraham Maslow, quien planteó la teoría de las necesidades básicas, hubiera visitado Alasitas, es muy probable que su pirámide estaría inspirada e ilustrada por todas estas miniaturas. Si hay algo seguro es que con esta feria puedes satisfacer todas tus necesidades, no miento, todas: salud, amor, alimentación, trabajo, techo y –¿por qué no?– hasta la superación profesional.
Alasitas viene del aymara que significa “cómprame casera”.
¿QUÉ DESEOS QUIERES LLEVAR?
Al recorrer esta feria, encontrarás de todo: el más codiciado celular, las herramientas para construir tu casita, edificios extravagantes con negocios incluidos o las canastas de alimentos más completas para que la comida rica y bien sazonada no falte durante el año.
TAN CODICIADO EL AMOR
Si lo que quieres es encontrar el amor, prueba con un gallo (si te interesan los varones) o una gallina (en caso de que lo tuyo sean las chicas). Se dice que este amuleto atrae galanes, pero es quizá una de las compras que más protocolos implica.