Historieta "Mujeres Extremas"
¿Por qué es tan importante conocer a las mujeres que rompen estereotipos?
Hagamos un pequeño recuento.
La división sexual del trabajo, es decir el mandato social dirigido a mujeres y a hombres para que elijan única y exclusivamente las tareas, los oficios y las profesiones según su sexo, ha limitado a las mujeres a un espacio específico, el privado; a un tipo de actividades, las referidas al cuidado de las otras personas; y, a un tipo de cualidades, aquellas que limitan la expresión de su fuerza tanto física como espiritual y mental.
Era tan profunda esta división que la formación también estaba dividida. Las mujeres sólo podían aprender aquellas cosas que estarían al servicio de la casa y del cuidado de las personas, y los hombres podrían estudiar y aprender aquellas materias que les permitiera encontrar soluciones a las grandes preguntas de la humanidad y a los problemas de nuestras sociedades. Así, las mujeres aprendieron a coser, a tejer, a cocinar, a lavar, a planchar, a leer poesía, pero no escribirla (se les negaba esta posibilidad). Y los hombres aprendieron a conocer la naturaleza a través de las ciencias y su aplicación.
Esta división, sin embargo, no limitó la mente de las mujeres, ellas también se preguntaban sobre las grandes cuestiones de la humanidad y también aportaban soluciones a los problemas de nuestras sociedades, sin que se supiera su nombre, muchas veces lo hicieron con seudónimos o a través de sus padres, hermanos o esposos. Las mujeres que intentaban integrarse en las corrientes de estudio que no eran para ellas o que se dedicaban a actividades no asignadas a su sexo según la sociedad en la que habitaban, pagaban un alto precio.
Esto ha cambiado poco a poco, pero todavía tenemos prejuicios que limitan la participación de las mujeres en aquellas ramas de la ciencia, del arte o del deporte que no se consideran femeninas. Y cuando las normas legales posibilitan la participación de las mujeres, ahí están las normas sociales que la limitan nuevamente, por ejemplo, en los estudios, las mujeres no tienen ningún tipo de garantía para continuarlos cuando deciden ser madres o cuando son obligadas a serlo.
Las historias que conoceremos a lo largo de estas páginas son las historias de mujeres de carne y hueso, mujeres que superaron las limitaciones, las barreras, y los obstáculos que las sociedades han construido para limitar sus sueños.