Por qué los camélidos son clave para un futuro mejor en Bolivia y más allá
Un blog de Daniel Anavitarte, Director de País del FIDA para Bolivia
Los camélidos son criaturas fascinantes. Este grupo de mamíferos incluye camellos y dromedarios, así como camélidos nativos de Sudamérica, como llamas, alpacas, vicuñas y guanacos. Todos ellos tienen una asombrosa capacidad de adaptación y pueden encontrarse en entornos extremos y variados, desde áridos desiertos hasta llanuras cubiertas de hierba y elevadas tierras altas.
También son más sostenibles y resistentes al clima que muchos otros tipos de ganado. Los camélidos no son mamíferos rumiantes, por lo que producen mucho menos metano que las vacas y las ovejas, por ejemplo, y prefieren pastos más duros que crecen en condiciones áridas. Además, son conocidos por ser capaces de sobrevivir durante largos periodos sin agua.
Los camélidos han vivido en las zonas rurales durante siglos, proporcionando una importante fuente de carne, leche, material (como la lana), medio de transporte y dinero cuando se venden. Millones de personas dependen de los camélidos para estos productos esenciales, y muchos los celebran como parte importante de su identidad cultural.
A pesar de su importancia, los camélidos suelen recibir poca financiación en el desarrollo rural. Ahora que iniciamos el Año Internacional de los Camélidos, espero que cuando llegue 2025 más personas aprecien su importancia económica y cultural.
El FIDA invierte en los criadores de camélidos de Bolivia...
Como Director del FIDA en Bolivia, he visto de primera mano cómo estas resistentes criaturas pueden transformar comunidades. Por eso, durante casi tres décadas, el FIDA ha apoyado a los pequeños productores de camélidos del país.
Comenzando con el Proyecto de Desarrollo de Productores de Camélidos en el Altiplano Andino en 1995, el FIDA proporcionó tecnología, formación y servicios financieros a 15 000 familias criadoras de camélidos. Una década más tarde, el Proyecto de Apoyo a la Mejora de la Economía Campesina de los Camélidos invirtió en otras 16 000 familias centrándose en añadir valor a los productos derivados de los camélidos, como la carne y el cuero.
Más recientemente, el proyecto PRO-CAMELIDOS, galardonado con el Premio de los Pueblos Indígenas, incorporó las lecciones aprendidas de los dos proyectos anteriores para apoyar a más de 18 000 hogares rurales con inversiones para aumentar su productividad, mejorar su nutrición y empezar a ahorrar.
...y los resultados hablan por sí mismos.
A principios de los años 90, la producción de lana de llama en Bolivia estaba en sus comienzos. Ahora, el país suministra casi 500 toneladas cada año, según PROCAMELIDOS.
En lo que respecta a la carne de camélido, el mercado ha pasado de 4,1 millones de dólares anuales en 2004 a nada menos que 32 millones en 2022, lo que supone una increíble multiplicación por ocho en menos de dos décadas. Este crecimiento se debe, en parte, a la creciente popularidad de la carne seca de llama, conocida como charque. Gracias a su alto contenido en proteínas y hierro, el charque se promueve a través de programas públicos de subvenciones dirigidos a mujeres embarazadas y lactantes.
Además de proporcionar una financiación muy necesaria, el FIDA colaboró con el gobierno boliviano en la elaboración de normas sanitarias y de calidad para que los productos derivados de la llama pudieran venderse en otros mercados. Esto ha supuesto un enorme impulso para los medios de subsistencia de miles de familias rurales.
¿Cuál es el futuro de los camélidos?
Cada vez más gente empieza a apreciar a estas increíbles criaturas, y no sólo en Bolivia. Según la FAO, en las últimas dos décadas, la población mundial de camellos bactrianos y dromedarios casi se ha duplicado.
El sector de los camélidos puede acelerar el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la erradicación del hambre y la pobreza, al tiempo que mejora la resiliencia climática. Pero para ello, los pequeños productores rurales de camélidos necesitan más apoyo e inversión.
Los camélidos se encargarán del resto.